Tras muchos años fotografiando, buscando imágenes que cuenten la mejor historia de cada boda, sigo ilusionándome en cada una de ellas. En mi experiencia, cada boda es única, ocurren momentos irrepetibles, en tan solo unas décimas de segundo. Estar atento a todos los detalles, anticiparse antes de que ocurren, es lo que hace que mi trabajo sea tan apasionante.
Todos este tiempo, me ha servido para entender que nunca hay que rendirse, y siempre hay que buscar lo que nadie más está viendo. Sorprender a las parejas con mi mirada es algo que me motiva muchísimo.
Por eso, cuando grandes profesionales de la fotografía, encuentran que mis fotos son dignas de recibir un galardón, me siento satisfecho por mi trabajo, pero además, intensamente feliz por la pareja que protagoniza mi foto galardonada. Porque entiendo que, he encontrado un momento único, especial, y he conseguido plasmarlo en una instantánea que formará parte de sus recuerdos, y de su álbum de boda.
No es una misión sencilla, ni que ocurra todos los días. Requiere de persistencia, de entrenamiento, de práctica, pero sobre todo, de ilusión. De contagiarse de la ilusión de los novios que celebran su boda, y de entender lo especiales que son ellos.
Por eso, muchas de las fotos que ganan premios no son solo las que el fotógrafo se saca de la chistera, si no de los momentos reales que ocurren en toda boda. De los momentos que la convierten en única y que harán que queramos volver a ese día y revivirlo una y otra vez.
Muchas gracias a Inspiration Photgraphers, y a los jueces de esta edición, por entregarme estos cinco galardones en una sola ronda. Pero agradezco, aún más, a las parejas que han confiado en nuestra experiencia y nuestra ilusión. Realmente sois vosotros los que hacéis que ocurra la magia.