Siempre me ha emocionado la historia, el siglo pasado fue de lo más convulso en nuestro continente y debemos recordar todo lo pasado para no volver a cometer los mismos errores, por eso, conocer a uno de esos testigos de la historia, una de esas personas que se encargó de mostrarnos al mundo y a las futuras generaciones lo que ocurrió en el sigo XX, no solo es un privilegio, si no una tremenda suerte. Jürgen Schadeberg es uno de esos contadores de historias que entre otras muchas cosas retrató la evolución de Mandela y de Sudáfrica, o la división del Muro de Berlin.
Hoy, a los 89 años de edad, no está ni mucho menos retirado, incansable buscador de imágenes, realiza retratos desde su casa, en una de las montañas más bonitas de La Safor. Fernanda y yo hemos tenido la oportunidad de visitarle a él y a su mujer Claudia en su casa. Hemos podido conocer su laboratorio y la ingente cantidad de material gráfico que ha recogido durante todos estos años magnífica labor.
Observar sus fotografías no solo es estudiar una parte de la historia del siglo pasado, si no también entender la historia misma de la fotografía. Desde sus primeros pasos y como se ha ido transformando. Sin comprender la fotografía de los grandes precursores del fotoperiodismo, no podemos entender la fotografía actual.
Nos ha emocionado muchísimo realizar esta visita, y hemos adquirido una de sus fotografías más emblemáticas, (que pasará a estar expuesta en la entrada de nuestra casa), además le agradecemos mucho que nos autografíase los libros suyos que ya en su día obtuvimos.
Durante la conversación con Claudia y Jürgen, al hablar de que Fernanda es brasileña, y comentar las costumbres y mezclas de cultura de Brasil, en los ojos de él, había una expresión, que parecía decir: "Esa es una historia que me gustaría contar". Y yo, ahora, reflexionando, solo consigo pensar: "Espero que jamás me canse de contar historias, como este ícono de la fotografía sigue haciéndolo".
Claudia y Jürgen, muchísimas gracias por abrirnos las puertas de vuestra casa, ya sabéis, tenéis la nuestra y las de nuestro corazón totalmente abiertas.