Hoy es el cumpleaños de mi hijo Bruno. ¡5 añitos ya! Y justamente hoy he recuperado unas cuantas fotos de la semana pasada. Yo estaba empezando una sesión de fotos para dos hermanitas y Bruno entró al estudio para darme un beso.

Él siempre quiere ayudar, siempre quiere colaborar, y Fernanda y yo siempre le animamos a hacerlo. Esta vez le pedí que fuera mi modelo de luces para preparar el estudio. Aunque no se conformó solo con eso y quiso imitarme y hacer una sesión de fotos con papá. Primero le pedí que me sujetase los objetivos, tal y como yo hacía con mi padre cuando era pequeño. Pero él seguía queriendo aprender y hacer más. Así que le enseñé que botón debía apretar para fotografiar. Como debía esperar el mejor momento para captar la sonrisa de sus modelos, no mucho más mayores que él. Lo cierto es que, algunas de las mejores sonrisas que las dos nenas nos regalaron, fueron directamente para Bruno.

Viendo las fotos que Ducu nos hizo de aquel instante nos veo reflejados en ellas. Bruno, que venía de jugar por el parque, aún con la cara sucia de haber merendado y que, estoy seguro, no habrá dejado que le limpiaran la boca, porque quería venir a verme. Son nuestras sonrisas, nuestros momentos y nuestros aprendizajes. Ese tiempo que pasamos juntos y que disfruto enseñándole todo lo que pueda, para que el día de mañana él sea un buen hombre, y que además pueda decir: “Esto lo aprendí con mi padre”.

Bruno, muchas felicidades en tu día, eres maravilloso ¡Te queremos!